Isabel Ramoneda
Barcelona, 1960
Biografía
Artista visual y docente. Inició estudios de Biología y posteriormente cursó la Licenciatura de Bellas Artes en la especialidad de Imagen en la Universitat Central de Barcelona. Realizó también estudios de Fotografía en el Centre Internacional de Fotografía de Barcelona. Ha asistido a talleres y seminarios en el MNCARS, CBA de Madrid, UC de Madrid; y a otros vinculados a la experimentación con los lenguajes del cuerpo – sistema consciente de Fedora Averastury y movimiento auténtico de Mary Whithouse y Janet Adler. Desde el año 1991 hasta el 2011 ha trabajado como docente en el ámbito de las artes visuales en la Escola Municipal d’Art Illa de Sabadell donde continua impartiendo un taller de Dibujo Naturalista.
En el 2014 participó en el programa de Les Cliniques d’es Baluard en el Museu d’Art Modern i Contemporani de Palma de Mallorca. Su proyecto ¿Podré amar la tierra el próximo verano? fue expuesto en el Lab987 del MUSAC de León así como en El Espacio Tangente de Burgos. Ha participado en distintas Ferias Internacionales, como Scope New York, Scope London, ArtBasel, Room Art Fair Madrid, KIAF, ArtMadrid, AAFair, Jaal Photo Madrid o Bridge New York, y ha expuesto su trabajo en distintas galerías en Barcelona, Madrid y Nápoles.
Después de vivir y trabajar durante 10 años en Madrid, ha instalado su taller de creación en Rojas de Bureba en el marco de un contrato de colaboración artística con este municipio.
En la pintura de Isabel Ramoneda nos vamos a encontrar siempre con un decir que es transversal y común a todas y cada una de las etapas precedentes, pero esa misma transversalidad será siempre asaltada, de alguna manera ultrajada, por las innovaciones formales que, aún mínimas y casi invisibles, pautan la progresión estilística de su autora. Una evolución, si se quiere, que posee no poco de Variaciones tal como esta figura se entiende en la composición musical.
Luis Francisco Pérez,
crítico y teórico del arte contemporáneo
Las pinturas de Ramoneda son ricas en texturas y acontecimientos pictóricos –y cromáticos, como acabamos de apuntar–, repletas de pequeñas marcas y de escrituras, a primera vista invisibles, que sugieren metafóricamente, que debemos leerlas o interpretarlas. Los cuadros recientes de Ramoneda parecen no tener una jerarquía compositiva. El fondo y la forma son en ellos lo mismo. En ellos aparecen algo así como franjas de colores algo más oscuros que el tono pardo dominante en ellos, como marrones o rojos, y que son vagamente paralelas a los límites de la pintura. Y volvemos aquí al título Lindes. Esto sugiere que el límite del cuadro no es algo claro y preciso, pues este también se ve afectado, una vez terminado, por los cambios de la luz en el lugar que ocupe. Pero también eso se debe a su naturaleza diarística o autobiográfica a la que ya nos hemos referido. La pintura de Ramoneda tiene características performáticas, y de hecho ha realizado performances, registrando tanto los movimientos de su cuerpo como los de su pensamiento […]
El aspecto ritual y perfomativo del trabajo de Isabel Ramoneda sugiere actos mágicos. También ideas de transformación, de trayecto, de búsqueda y de constante movimiento. Todo cambia en el estudio gracias al paso del tiempo, pero no se trata sólo de cambios físicos, también cambian pensamientos, sentimientos y emociones. Las pinturas de Ramoneda muestran imágenes que quieren explicar todos estos aspectos mudables. Forman secuencias o series, y tienen algo de pantallas donde se proyectan todas estas ideas.
Enrique Juncosa,
comisario y crítico de arte.
Como la naturaleza, un cuadro funciona de dentro hacia afuera; como un mandala, en palabras de la propia Isabel, que carece de un orden compositivo tradicional. Resultado, entre otras cosas, de haber incorporado los trayectos por el campo a su trabajo en el estudio; de traer el exterior al sancta sanctorum de la creación, donde se elaboran y juntan los distintos elementos de los que está compuesta la pieza final.
Pablo Llorca,
crítico de arte y director de cine.